***
La Polvera
Con elegante ademan
saca de su cartera
una polvera,
el maquillaje se arregla.
Ese diminuto espejito
reclama sueños suspendidos:
Pintar cuadros,
pero, coloretea solo
vulgares labios.
Su reflejo
se empaña con llanto
causado por aquella situación
que la orilló
a abrir sus piernas, muslos,
a cambio de unos cuantos centavos.
La Polvera
Con elegante ademan
saca de su cartera
una polvera,
el maquillaje se arregla.
Ese diminuto espejito
reclama sueños suspendidos:
Pintar cuadros,
pero, coloretea solo
vulgares labios.
Su reflejo
se empaña con llanto
causado por aquella situación
que la orilló
a abrir sus piernas, muslos,
a cambio de unos cuantos centavos.
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